“Jamás hubiera imaginado que un puñado de locos furiosos inspirados por las revueltas de los años 1990 en Argelia lograrían transformar la zona saharo-saheliana en el Lejano Oeste, asustar a las poblaciones locales y reducirlas a la miseria”, se lamenta Maurice Freund, aterrado “al ver a niños de quince años con kalashnikovs imponiendo la ley en Gao”. Point Afrique, cooperativa de turismo, uno de los operadores que ofrecen visitas al Sahel, fundada por Freund en 1996, tuvo que retirarse de la región tras el asesinato en 2010 de turistas franceses en Mauritania y la toma de rehenes de empleados de la empresa francesa Areva (líder en el sector de la energía nuclear) en el norte de Níger en la primavera de 2011.
Única actividad económica en las zonas más desérticas del Sahel, el turismo está parado. El macizo argelino-malí de Taudeni, el Air nigerino y el Adrar mauritano ya no reciben (...)