“Me basta con usar mi teléfono para contactar con un miembro del gobierno, con el Primer Ministro e incluso con el Presidente de la República”, suele vanagloriarse el profesor Ferreira Machado, decano de la Universidad Nova de Lisboa, la principal Escuela Superior de Administración de Empresas lusa. Ostentando la sonrisa de aquellos que no dudan de que el mundo les debe mucho, Machado no es propenso a subestimar la influencia de su escuela, ni la suya personal.
En septiembre pasado, una investigación del Financial Times sugería que tal vez no estuviera equivocado. “En el punto culminante de la crisis de la deuda soberana de Portugal –relataba el diario británico–, la delegación de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se trasladó a Lisboa para negociar el acuerdo sobre el rescate del país por un monto de 78.000 millones de euros, desapareció de repente de la escena”. Sin embargo, (...)