La importancia de la minería para la economía argentina es relativa pero creciente. Aunque aún explica un porcentaje menor, en torno al 4 por ciento del PIB, se estima que este año generará exportaciones por unos 4.500 millones de dólares, cruciales en un momento en el que –tal como demuestra el cierre a la canilla importadora y nuevas iniciativas como la exótica misión comercial a Angola– está volviendo, temible, la restricción externa.
Concentrada en provincias con entramados productivos muy débiles, como Catamarca o San Juan, la minería resulta esencial para la salud fiscal –lo que a menudo significa salud política– de unos cuantos gobernadores. A nivel nacional, y como sucedió en 1994 con los legisladores de las provincias hidrocarburíferas, que apoyaron la reforma constitucional menemista a cambio de la provincialización de los recursos, los senadores cordilleranos son claves para la gobernabilidad, resultado de un sistema más federal de lo que habitualmente (...)