Las ciudades medianas –donde vive una cuarta parte de la población francesa– están preocupadas porque sus centros se mueren. Allí, la tasa de desocupación comercial, es decir, la proporción de tiendas cerradas, no deja de aumentar desde 2010 a consecuencia de las dificultades económicas, de la multiplicación de las grandes superficies en la periferia y del advenimiento del comercio electrónico. En 2016, esta tasa alcanzó de media un 12,1% y algunas ciudades se ven particularmente afectadas, como es el caso de Châtellerault (un 22,5%) o Béziers (un 24,4%).
Asimismo, según la Federación Nacional del Sector Inmobiliario (FNAIM, por sus siglas en francés), la tasa de desocupación de viviendas “se ha disparado en las 269 áreas urbanas de menos de 100.000 habitantes, alcanzando un 8,5%” en 2014; la tasa sobrepasa el 10% en el 45% de estas áreas y, en 5 de ellas, supera el 15%. Por el contrario, en las grandes (...)