Durante mucho tiempo, el principal adversario comercial de Marruecos a la hora de rodar películas extranjeras ha sido Túnez. Allí se rodó El paciente inglés (Anthony Minghella, 1996), parte de La guerra de las galaxias (1977), de Georges Lucas, y muchas otras. “Durante la década de 2000 se complicó la obtención de los permisos de rodaje –afirma el productor marroquí Sarim Fassi-Fihri–. Y, desde la ‘Primavera Árabe’ de 2011, el país se ha vuelto demasiado caótico, ya nadie quiere ir allí”.
El otro competidor histórico era Sudáfrica, que lleva diez años perdiendo peso, sobre todo a causa del declive de la publicidad televisiva, en la que el país se había especializado. “En lo que se refiere a los escenarios naturales, con mar, dunas, desierto, etc., nuestros competidores directos siguen siendo Malta, Portugal y España, sobre todo con las Islas Canarias, que están frente a las costas de Marruecos”, explica Khalid Saïdi, (...)