Para conocer verdaderamente el semanario brasileño Veja (“Miren”), podemos fijarnos en las cartas de sus lectores –correo algo monótono en su entusiasmo–: “Un faro que ilumina el mar de lágrimas de nuestro mundo político”; “no solamente una brújula [ética], sino también una fuente de constancia y de competencia”; una publicación “libre, valiente y obsesionada por la búsqueda de la verdad”… También se puede hojearla.
Veja, la revista más influyente de América Latina, con una tirada de cerca de un 1.200.000 ejemplares, de los cuales alrededor de 925.000 corresponden a suscriptores, recluta las tres cuartas partes de sus lectores entre el 12% de los brasileños más ricos. Se trata de una población a quien no irrita demasiado, parece, una visión del mundo más bien conservadora. Las páginas “Panorama” muestran regularmente, por ejemplo, imágenes y citas de hombres y mujeres públicos: los primeros, de traje, forman parte de sus preocupaciones políticas; las otras, (...)