En unas declaraciones recogidas por el periódico británico The Daily Telegraph con fecha de 15 de marzo de 2007, Nicolas Sarkozy afirmaba que los referendos sobre el nuevo Tratado Europeo serían peligrosos, y un referendo de este tipo en Francia se perdería, al igual que en el Reino Unido y en otros países. ¡Los electores irlandeses –los únicos, en el seno de la Unión Europea, que han gozado del derecho a pronunciarse por referendo– le han dado la razón el pasado 12 de junio!
Este “no” crea un problema existencial en la UE. No porque ésta vaya a paralizarse: de hecho funciona sin demasiadas dificultades dentro del marco del Tratado de Niza que entró en vigor en 2001. La cuestión de fondo radica en saber qué debe “hacer” Europa: ¿pero quién?, ¿el conjunto de sus ciudadanos o sólo sus elites? En estos momentos todo transcurre como si las elites se hubiesen (...)