El paso de la antigua Rusia a la Rusia zarista no estuvo basado en el desarrollo económico sino en la expansión territorial, la acumulación de nuevos territorios y la transformación de los propietarios de la tierra en aliados. Esta transición estuvo marcada por un estado de guerra permanente, y en particular la guerra contra los tártaros.
La formación de la Rusia zarista descansa sobre un triple proceso sociopolítico:
– construcción de un Estado autocrático, con la creación de una gigantesca burocracia para recolectar los ingresos necesarios;
– formación de una clase parasitaria, la nobleza, que es el principal sostén de la autocracia. Su lógica: tomar lo más posible y no dar nada;
– esclavitud completa del campesinado. El final de la servidumbre se produce a mediados del siglo XIX.
La segunda mitad del siglo XIX conoce cierto número de avances: construcciones de vías de ferrocarril, aparición de empresas (...)