“Nuestros ‘muyahidín’ combatieron ferozmente a los invasores etíopes y a sus lacayos somalíes... En respuesta, el enemigo de Alá utilizó artillería pesada... Quemaron completamente el mercado con el objetivo de destruir la propiedad islámica en Somalia”. Así se expresa el jeque Muktar Robo Abu Mansur, dirigente del movimiento clandestino Shahab (Juventud), ala radical de los islamistas somalíes. En Mogadiscio, la guerrilla no cesa, desde la caída, en enero de 2007, del régimen de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) que controlaba la mayor parte del centro y el sur del país. El inmenso mercado Bakara, conocido sobre todo por sus almacenes de armas y municiones, se esfumó a principios de octubre, después de que algunos rebeldes atacaran el Ministerio de Defensa; la radio Shabelle, una de las pocas estaciones independientes del país, fue cercada por el ejército y silenciada...
El nuevo representante especial de Naciones Unidas (ONU), el mauritano Ahmedu Uld (...)