La Revolución de Octubre de 1917 marcó la historia del siglo XX. Originó polémicas numerosas, justificaciones y proclamaciones ideológicas, estampas con dibujos alusivos y condenas inapelables que para muchos observadores se confunden con la realidad. La perpetuación de estas representaciones, ancladas en el acontecimiento fundacional que fue la toma del Palacio de Invierno, contribuye a enmascarar la realidad en la mente de mucha gente. Así, en 1917, lo que predominaba era la conmoción de todas las instituciones dirigentes (el ejército, la policía, el aparato estatal, el ámbito económico, las opiniones y la percepción de la vida política) y un caos que pesaría profundamente sobre las decisiones de los bolcheviques.
Muchas veces, por otra parte, lo que está en juego en el escenario soviético no tiene relación ni con la escenografía ni con el discurso, lo que da como resultado una historia llena de sorpresas pues está enmarcada en un espacio en (...)