Winston Churchill, en su célebre discurso de Zúrich de 1946, preconizaba la creación de los Estados Unidos de Europa. Una Europa federal a la que el Reino Unido aportaría su apoyo paternalista, pero desde el exterior. “Estamos con ustedes, pero no somos parte de ustedes” (with you but not of you). Según Churcill, el Reino Unido se encontraba en la intersección de tres círculos: Europa, los países de lengua inglesa –en este caso, Estados Unidos y los países blancos de la Commonwealth– y el resto de la misma. De ninguna manera, por lo tanto, una pertenencia exclusiva a ninguno de estos. Y si realmente hubiera que elegir, Churchill avisó que sería Estados Unidos.
Tal es el marco fundacional de las relaciones entre Londres y la construcción europea de posguerra. Ello explica por qué, en los años 1960, el general de Gaulle rechazó en dos ocasiones la entrada en la Comunidad Económica (...)