Ningún policía en el horizonte, ninguna invectiva entre los militantes: el Foro Nórdico reunió a comienzos de septiembre a todos los partidos políticos islandeses en una gran serenidad. En vísperas de las elecciones legislativas del 29 de octubre, los principales candidatos se expresan bajo una modesta carpa instalada delante de la Universidad de Reikiavik. A 64º de latitud, la inclinación de los rayos solares otorga a la luz una gran suavidad, a la vez que el aire que viene de la costa aporta un poco de frescura. En los debates, el futuro de la Constitución apasiona más que la inmigración, la construcción de viviendas mucho más que el nivel de los impuestos; la protección de datos personales destaca. ¿La crisis? ¿Qué crisis?
Sin embargo, en esta isla volcánica, la lava sigue borboteando bajo los glaciares desde la debacle financiera de 2008. En abril de 2016, una erupción popular se llevó por (...)