A diferencia de su homólogo francés (el Consejo Constitucional), el Tribunal Constitucional alemán se ha mostrado siempre muy crítico con la falta de democracia de las instituciones europeas. Desde 1974, ha adoptado varias decisiones haciendo constar que “mientras” los derechos fundamentales no estén garantizados efectivamente por la Comunidad Europea y, posteriormente, por la Unión Europea, la ratificación de cualquier nuevo tratado europeo se someterá al estricto respeto de la soberanía del pueblo alemán inscrita en la Ley fundamental. En concreto, el Tribunal se opone a cualquier transferencia de soberanía de Berlín hacia Bruselas que no vaya acompañada de un control real efectuado por el Parlamento nacional y supervisado por el propio Tribunal. La ratificación del Tratado de Lisboa en 2009 se tradujo en la adopción de una ley que garantiza las prerrogativas del Bundestag y del Bundesrat.
Conocidas en francés con el nombre de “sentencias Solange” (so lange en alemán expresa (...)