Durante una mañana lluviosa de primavera, un grupo de alumnos camina a lo largo del Stadthalle de Bad Godesberg. Ninguno de los adolescentes se toma la molestia de echar un vistazo a ese anticuado edificio propiedad de la ciudad y que sirvió como escenario para un congreso histórico del Partido Socialdemócrata alemán (SPD). En noviembre de 1959, la formación marxista fundada en 1875 en Gotha “aprueba una economía libre de mercado ahí donde se manifieste la competencia”, reivindica su pertenencia al bloque del Oeste y muestra su voluntad de abrirse a otras categorías sociales, sin limitarse solamente a los obreros. Entonces, apenas abogaba aún por “la instauración de un orden económico y social nuevo” y concedía que “la propiedad colectiva es una forma legítima del control público a la cual ningún Estado moderno puede renunciar”…
Casi seis décadas más tarde, los dirigentes contemporáneos del partido verían este programa de rendición como (...)