El presidente Donald Trump, aureolado por una victoria en las elecciones con tres millones de votos menos que su rival, eligió Arabia Saudí para denunciar la ausencia de democracia… en Irán. A continuación, en Miami, ante algunos supervivientes de una aventura militar fallida organizada en abril de 1961 por la Central Intelligence Agency (CIA) contra el Gobierno de Fidel Castro, utilizó “la libertad del pueblo cubano” como pretexto para endurecer las sanciones estadounidenses contra la población de la isla.
En materia de celebración equívoca de la democracia, el ciclo electoral francés que acaba de finalizar no es tan burlesco como estos dos ejemplos. Pero se acerca. Al principio, unas primarias muy seguidas designaron a los candidatos de los dos partidos principales. Pero ambos fueron eliminados desde la primera vuelta por Emmanuel Macron, quien supo combinar palabras vacías, bellas imágenes y un sólido apoyo de los medios de comunicación. Puesto que los (...)