Es época de franquicias literarias detectivescas, ya sea en forma de pastiches, reescrituras u otras variantes. Anteriormente, ya les tocó a Sherlock Holmes, Jules Maigret, Philip Marlowe y James Bond. Ahora es el turno de Hércules Poirot, ex policía y detective belga –que no francés–, protagonista de 33 novelas y 54 relatos a manos de la archiconocida Agatha Christie.
Investigador de métodos deductivos de prominente cabeza, baja estatura, finos bigotes, refinado gastrónomo y bon vivant, Poirot no podía faltar a la lista de los grandes personajes de ficción que toleran la repetición sacralizadora. Tras más de cuarenta años en silencio y con el beneplácito de los herederos de la dama del crimen, ha sido la poeta y novelista Sophie Hannah (Manchester, 1971) la encargada de resucitar fidedignamente al detective en Los Crímenes del monograma.
Ambientada en 1929 –casualmente el mismo año que el género dio un vuelco con Cosecha Roja, de Dashiell (...)