En Asia, como en Europa, el regionalismo es objeto de un importante debate para equilibrar la presión creada por la expansión del “nuevo imperio” militar y político. En efecto, la globalización liberal y el “nuevo imperio” –dos nociones aparentemente diferentes– forman hoy en día la trama de los tratados militares, de las alianzas económicas y de las instituciones políticas internacionales. De manera conjunta, ambos fenómenos establecen un orden global que abarca las esferas política, económica, cultural y militar; un orden que podemos llamar “imperio” o “imperialismo neoliberal”.
Las sociedades europeas tratan de protegerse de ese orden por medio de una forma de regionalismo. Así, por ejemplo, en un artículo titulado “Por qué Europa necesita una Constitución”, Jürgen Habermas propone construir una democracia postnacional siguiendo tres grandes líneas: formar una sociedad civil europea, instaurar una esfera pública política a nivel europeo y crear una cultura política susceptible de ser compartida por todos (...)