Con cerca de quinientos millones de consumidores potenciales, la Unión Europea constituye el primer mercado agrícola y alimentario solvente del planeta. Es la primera zona importadora y exportadora de productos agrícolas (en igualdad con Estados Unidos). Esto equivale a decir que nada puede decidirse en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin la aprobación de la Unión Europea, actor principal en la desregulación del intercambio mundial. Es lo que ilustran las decisiones del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión, con ocasión del “Balance de la salud” de la Política Agrícola Común (PAC), preludio para una reforma profunda en 2013.
La PAC fue durante mucho tiempo la única política común decidida en Bruselas y financiada colectivamente con el presupuesto de la Unión. Esto explica su peso determinante en los gastos comunes (45% hoy en día). También que durante mucho tiempo haya sido considerada como una de las bases de la (...)