La bomba atómica, la producción en masa de bienes y servicios, la llegada del hombre a la luna. Muchos son los hitos que nos ha dejado el siglo XX, pero uno es especialmente relevante. Una de las grandes herencias del siglo pasado es la consolidación y expansión de ese concepto que comúnmente se entiende como Sociedad Civil.
Tras épocas de expansión del conocimiento y de avances tecnológicos continuados se puede decir que a partir de la segunda mitad del siglo XX la organización de los ciudadanos en círculos de interés por un determinado tema dota a las organizaciones cívicas de una nueva dimensión. La herencia del asociacionismo desde la formación de los gremios, pasando por los movimientos sindicales, los partidos políticos o las asociaciones de carácter profesional o religioso, desemboca en la universalización de la capacidad grupal del ser humano. Surgen así comités ciudadanos que se unen en torno a un (...)