Está usted en territorio zapatista en rebeldía. Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece”. Con la pátina del tiempo, oxidado, el gran cartel metálico que anuncia el acceso a las zonas insurgentes sigue siendo bien visible. En Oventic, en Chiapas, hace quince años que perdura “la autonomía de hecho”. Con mayor determinación aún, desde que comenzó el siglo XXI, cuando los zapatistas decidieron reorientar progresivamente su estrategia hacia el ámbito local, escaldados por el balance de su marcha de 2001 a México. Con el apoyo de más de un millón de simpatizantes movilizados en el centro de la ciudad, habían ido para pedir –en vano– la reforma constitucional prometida en los acuerdos de San Andrés firmados el 16 de febrero de 1996 con el gobierno.
Siguió un periodo de repliegue que, en un primer momento, los zapatizantes de México, América y Europa comprendieron mal, y que después fue interpretado como (...)