La reunión de Presidentes y Jefes de Gobierno de los países del G-20 (que juntos representan el 90% de la economía mundial), tuvo lugar en Seúl el 11 y 12 de noviembre de 2010. El objetivo era reducir los grandes desequilibrios económicos y poner las bases para un crecimiento “fuerte, sostenible y equilibrado”. Pero esa reunión permitió sobre todo a sus participantes exponer sus reproches, demostrando así la fragilidad del sistema monetario internacional.
El ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega –preocupado por la apreciación del real respecto del dólar y del yuan chino– fue el primero en hacer una llamada de atención, en septiembre pasado, al hablar de “guerra de monedas”. La expresión fue retomada poco después por el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn: “Tomo muy en serio la amenaza de una guerra de monedas, aunque sea latente”.
La impactante expresión remite a la Gran Depresión de (...)