Por razones históricas, Gazprom y el Estado ruso mantienen relaciones estrechas, pero no de fusión. La empresa es la heredera directa del Ministerio Soviético de la Industria del Gas, que en 1989 fue transformado en una agrupación económica de Estado sometida al principio de autonomía financiera y de gestión. Su presidente, Viktor Chernomyrdin, llegó al cargo de Primer Ministro en 1992. Y al año siguiente convirtió a Gazprom en una compañía accionarial y abrió ampliamente su capital. De todos modos, el Estado siguió siendo el accionista mayoritario, con el 38% de las participaciones. En el año 2000, ya como presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin reafirmó el control del Gobierno sobre este poderoso instrumento geopolítico. Situó a un hombre de su confianza, Alexei Miller, al frente de la compañía, de la que el Estado ruso pasa a tener el 51% de las acciones.
Con el 72% de las reservas de (...)