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Fukushima, el declive nuclear

Santiago Vilanova
Icaria, Barcelona, 2012,
224 páginas, 18 euros

por Manuel S. Jardí, abril de 2012

El accidente de Fukushima, hace un año, demostró que lo improbable era posible. A partir de esta nueva catástrofe nuclear, episodio que sigue a los de Three Mile Island de Harrisburg (1979) y Chernóbil (1986) en la historia contemporánea, las centrales nucleares deberán disponer a partir de ahora de mecanismos para garantizar su absoluta seguridad ante el riesgo de fenómenos naturales. La mayoría de reactores en funcionamiento no contemplan estos fenómenos naturales extremos, que sin embargo ya no se pueden descartar. El lobby nuclear sigue dando la espalda a la realidad y, de paso, arrastrando a determinados gobiernos, cual es el caso de España, a cerrar los ojos y elevar todavía más el enorme riesgo al que permanece expuesta la ciudadanía. Santiago Vilanova analiza la reacción de los grupos de presión vinculados a la industria nuclear para contrarrestar los efectos negativos de Fukushima ante la opinión pública. Se trata de (...)

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