El discurso de Jacques Chirac pronunciado durante su visita a la base nuclear de la Force Océanique Stratégique Française (FOSF) en Île Longue, el 19 de enero de 2006, reabrió el debate sobre los medios y la finalidad de la política de disuasión nuclear puesta en práctica por Francia desde hace más de cuarenta años. Dicho discurso suscitó controversias sobre la legitimidad y la pertinencia de una definición extensiva de los intereses vitales que justifiquen el recurso a la última ratio nuclear.
El Presidente francés afirmó que si bien “la integridad del territorio, la protección de la población y el libre ejercicio de la soberanía” constituyen la esencia de nuestros intereses vitales, éstos no se limitan a ello. Así, en un mundo caracterizado por la independencia creciente de los países europeos y los efectos de la mundialización, la “garantía de nuestros aprovisionamientos estratégicos y la defensa de los países aliados” (...)