En Francia es habitual, oponer saberes concretos y saberes abstractos; considerar en los hechos como «inteligencia» sólo aquello que compete a la «excelencia» escolar y académica. Por eso, el aprendizaje de un oficio y la adquisición de calificaciones como obrero o empleado aparecen como el simple instrumento de acceso al y de permanencia en el mercado laboral. ¿Quiere esto decir que la única finalidad del conocimiento de oficios es la supervivencia? ¿Que la idea de emancipación social por el trabajo está definitivamente guardada en el museo de las bellas utopías, al igual que la educación popular, que ha sido sin duda su emanación más avanzada?
Cabe temerlo, dado que la formación de los futuros obreros y empleados aparece excluída de todo debate. Parece natural que los Centros de Formación Profesional, Liceos Profesionales (LP) y el aprendizaje de oficios deban adaptar los jóvenes al empleo y a su mercado. En la mayoría (...)