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Fausto y la alquimia capitalista

Obra emblemática de la cultura alemana, Fausto ha suscitado a lo largo del tiempo curiosidades e interpretaciones muy diversas. Otrora bastante ignorada en la República Federal de Alemania, pero interpretada en la República Democrática Alemana (RDA) como el símbolo de la construcción de una sociedad nueva, la obra adquiere hoy en día otra dimensión, a la luz de la crisis: Fausto, primer empresario de la mundialización, se ha convertido en un héroe globalmente negativo.

por Bernard Umbrecht, noviembre de 2011

Johann Wolfgang von Goethe escribió Fausto durante las revoluciones industriales y políticas que transformaron el final del siglo XVIII y el principio del siglo XIX en Europa. Fue el trabajo de una vida. Cuando exhumó al viejo doctor Fausto –figura legendaria de alquimista y de sabio atormentado por el deseo de omnipotencia, surgida en la Edad Media alemana y afianzada después gracias a la obra de teatro del inglés Christopher Marlowe, a finales del siglo XVI–, Goethe tenía unos veinte años. Tras una primera versión (Urfaust) en 1775, publicó Faust I en 1808; terminará la obra más de medio siglo después, en 1831, “bajo la influencia de la revolución de julio de 1830 en París”, señala Michael Jaeger, profesor de literatura comparada en la Universidad Libre de Berlín (1). Este Fausto II que Goethe mantuvo sellado hasta su muerte, en 1832 (a la edad de 82 años), permanecerá durante mucho (...)

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