En junio de 2008, cuando acababa de ganar la investidura del Partido Demócrata para la elección presidencial, Barack Obama declaró, ante partidarios entusiasmados: “Podremos acordarnos de este día y decirles a nuestros hijos que entonces comenzamos a brindar cuidados a los enfermos y buenos empleos a los desocupados; que fue entonces cuando la subida de los océanos comenzó a decrecer y el planeta a curarse; que entonces pusimos fin a una guerra, garantizamos la seguridad de nuestra nación y restauramos nuestra imagen de última esperanza en la tierra”. Si hay un presidente que confirme el adagio del exgobernador demócrata de Nueva York, Mario Cuomo, según el cual los candidatos “hacen la campaña en poesía pero gobiernan en prosa”, ése es Barack Obama.
Fueron muchos los simpatizantes de izquierda que pensaron que su nuevo presidente, ex animador social en Chicago, iba a cambiar el juego político aplicando, gracias al apoyo de sus (...)