No sólo en la reunión del GIEC, Grupo Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático, que tuvo lugar en París a finales de enero, sino también en las sesiones siguientes, se remarcó lo urgente de una reacción frente al desafío del desarreglo climático. En otros términos, ya todos sabemos que, como mencionaba en 2002 el presidente Jacques Chirac, en la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, “la casa está ardiendo”. Pero para que nuestro modo de vida se vuelva rápidamente más respetuoso con el medio ambiente, los ejemplos de nuevas y buenas prácticas deben venir desde arriba.
En 1973, Estados Unidos sintió de lleno el primer impacto petrolero. Un año después, Richard Nixon estudiaba la implantación de un programa que tenía por objetivo el desarrollo masivo de energías renovables. Pero fue más que nada su sucesor, James Carter (1977-1981), quien pasó a la acción: según prevé su programa “Solar America”, Estados (...)