“Hay dos historias: la historia oficial, mentirosa, y la historia secreta, donde están las verdaderas causas de los acontecimientos”. Honoré de Balzac –que en Ilusiones perdidas (1837-1843) firma esta máxima que se volverá famosa– estaba convencido de ello. Además, fundó una asociación, Le Cheval rouge, destinada a organizar en la sombra su ascenso y el de sus amigos a los puestos claves del mundo literario. Y lo demuestra en sus novelas; no sólo aquellas que giran explícitamente alrededor de complots (Un asunto tenebroso, Historia de los trece), sino también aquellas que describen con precisión el funcionamiento del medio social.
Así, la admirable Ilusiones perdidas pone en escena el fracaso de un joven literato ambicioso, dispuesto a todas las apostasías para volverse rico y famoso. Es decir, se trata, como bien lo decía Balzac, de una “historia llena de verdad”. El bueno de Lucien es salvado in extremis por un misterioso sacerdote (...)