Portada del sitio > Mensual > 2020 > 2020/09 > El presidente Macron y el “Estado profundo” francés

¿Quién controla realmente la diplomacia francesa?

El presidente Macron y el “Estado profundo” francés

Respetar las alianzas sin imitar a Estados Unidos: aquella vía diplomática diseñada por el general De Gaulle tuvo continuidad hasta la presidencia de Chirac. Más tarde fue abandonada por Sarkozy y Hollande con la llegada al Ministerio de Exteriores francés de una ola de diplomáticos neoconservadores. Macron afirma querer retomar la herencia gaullista, sobre todo respecto a Rusia, pero sin hacer lo necesario para conseguirlo.

por Marc Endeweld, septiembre de 2020

Al inicio del curso de 2019, el presidente Emmanuel Macron decidió sorprender a sus diplomáticos. Reunidos en el Elíseo para la tradicional Conferencia de Embajadores y Embajadoras, Macron denunciaba la existencia de un “Estado profundo” en el Quai d’Orsay [nombre con el que se conoce al Ministerio francés de Europa y de Asuntos Exteriores]: “Sé que, por recurrir a la expresión que usan algunos teóricos extranjeros, nosotros también tenemos un Estado profundo –expresó repentinamente Macron–. Así, alguna vez, cuando el presidente de la República comenta algo, la gente tiende a decir: ‘Ha dicho esto, pero nosotros ya sabíamos la verdad y vamos a seguir haciendo como siempre hemos hecho’. Les agradecería que no siguieran ese camino”. Entre el público se oyen algunas risas nerviosas: estos altos funcionarios, que se comportan como los aristócratas de la República, no están muy acostumbrados a recibir esa clase de trato. De hecho, esta demostración (...)

Este artículo está reservado a suscriptores.

Si usted es suscriptor, introduzca sus datos a continuación para continuar con la lectura.


¿Todavía no es suscriptor?

Elija su fórmula de suscripción y cree su cuenta.

NECESITAMOS TU APOYO

La prensa libre e independiente está amenazada, es importante para la sociedad garantizar su permanencia y la difusión de sus ideas.

Artículo anterior

Migajas suecas

Artículo siguiente

Las kellys de los grandes hoteles