Desde hace algún tiempo, la República Federal Alemana (RFA) va rezagada, con elevados índices de desempleo y una economía estancada. El diagnóstico de los economistas germanos es unánime: en el mercado del trabajo la oferta y la demanda ya no se equilibran, puesto que las prestaciones sociales son demasiado onerosas y los sindicatos exageradamente poderosos.
Hace ya algunos años Robert Solow, Premio Nobel de Economía, reprochaba a esos economistas creer ingenuamente en esa tesis, "como si el agujero de un neumático pinchado tuviera que estar siempre abajo, porque es allí donde el neumático está aplastado".
Los expertos siguen investigando las causas de la penuria económica alemana en el mercado del trabajo. Los especialistas del Deutsche Bank detectan una serie de problemas:
retenciones sociales demasiado importantes; altos salarios reales; ordenamiento salarial insuficiente entre sectores, regiones y niveles de competencias; fuerte protección legal contra los despidos; sólidas barreras contra el aumento de la flexibilidad; tasas (...)