Pocos eslóganes resisten el paso del tiempo. El relativo a la “avería del ascensor social”, forjado por el dirigente liberal Alain Madelin durante la campaña presidencial francesa de 1995, ha llegado hasta hoy sin problemas. “El ascensor social no funciona hoy tan bien como hace cincuenta años”, declaraba el presidente de la República Francesa Emmanuel Macron, de visita en Nantes para anunciar la reforma de la prestigiosa École nationale d’administration (ENA).
En su formulación inicial, el “ascensor social averiado” no se refería ni a la endogamia de las élites ni al exclusivismo de las grandes escuelas. Lo que denunciaba Madelin con esas palabras eran los obstáculos a la libertad de empresa, vinculados según él a las trabas burocráticas y al “igualitarismo” de la izquierda. De extracción social modesta (padre obrero, madre dactilógrafa), el futuro presidente de Democracia Liberal y exmiembro en la década de 1960 del grupúsculo de extrema derecha Occidente (...)