En la ciudad de Ho Chi Minh, antigua Saigón, lógicamente promovida como motor de la economía, las autopistas urbanas se duplican, se excava un túnel bajo su famoso río, se planifican las primeras líneas de un metro, y en Long Thanh, sobre la carretera que lleva al balneario Vung Tàu, ex Cap Saint-Jacques, se prevé un nuevo aeropuerto. Asimismo, un cinturón de ciudades satélite rodea Hanoi, rebosante de gente y colores. Por su parte el puerto de Danang, emplazado en una soberbia rada del Vietnam central, se dispone a cumplir su vocación natural de conectar con el Bajo Laos y el noreste de Tailandia, reemplazando así a las instalaciones fluviales de Bangkok atestadas por el tráfico, después de la inauguración, en diciembre, de un puente sobre el Mekong, a la altura de Savannakhet.
Desde el comienzo del nuevo siglo, la economía vietnamita es la más pujante del sudeste asiático, con una (...)