Los ancianos están de moda. Diríase que, en tiempos de globalización, de crisis financieras y ecológicas, sin olvidar la corrupción, la humanidad necesita visionarios que trasmitan la sabiduría, tanto oriental como occidental, profetas cuyo pasado sea un ejemplo de liberación o de conquista. Stéphane Hessel, por ejemplo, cuyo panfleto Indignaos ha sido editado a millones en gran número de lenguas del planeta.
Sin alcanzar la edad apostólica de Hessel, Edgar Morin anda por los noventa, y tras muchos estudios de historia y antropología ha llegado a comprender la complejidad del sistema que nos ahoga, ve llegar los efectos de una desmesura incontrolable e invita a sus semejantes a disponerse para evitar la catástrofe. Contra el monstruo opone dos paradigmas perdidos: la vida y la humanidad.
Todo une a Morin con Stéphane Hessel. Sus éxitos son significativos y positivos. Mientras que el librito de Hessel invita a indignarse, éste de Morin va más (...)