Clearstream. La palabra significa “arroyo claro”, pero también puede querer decir “corriente de agua que limpia”. El escándalo folletinesco que sacude a la sociedad de compensación bancaria luxemburguesa y salpica a los ámbitos dirigentes franceses da cuenta del carácter doble de la globalización financiera: la promesa de limpidez y el riesgo de blanqueo de dinero. Gracias a la revolución informática y a un mercado omnisciente y autorregulador, la globalización financiera debía traer consigo sus propios mecanismos de autodefensa. Pero en este mundo donde “el lenguaje está codificado, los no iniciados son dejados de lado, las reglas rara vez escritas y comunicables”, aparecieron enseguida enormes agujeros negros.
En 1998, en una obra titulada La nueva guerra, el senador estadounidense John Kerry observaba que “la apertura de las fronteras al comercio internacional y las autopistas de la información beneficiaron a los terroristas tanto como a los hombres de negocios honestos y a los (...)