Estamos a principios de julio, y en el centro de Lviv, en el oeste de Ucrania, es posible encontrar en el café-librería El Viejo León las últimas novedades literarias mientras se degusta un excelente expreso. Ejemplares de una hagiografía del líder fascista Stepán Bandera (1909-1959) propuesta por la revista Lokalna Istoria (‘historia local’) se codean con bolsos estampados con el eslogan “Make books, not war” (‘haz libros, no la guerra’). Un escaparate heteróclito que simboliza la doble imposición a la que está sometida la población ucraniana: supuesta encarnación de los valores pacíficos y democráticos de Europa en la guerra contra Rusia, Ucrania alimenta sus ímpetus patrióticos a costa de cultivar un viejo fondo nacionalista.
La ambivalencia existe desde la movilización del Maidán en 2013. Los que promovían un movimiento cívico a favor del acercamiento a la Unión Europea (UE) blandían la bandera nacional azul y amarilla junto a la estrellada enseña (...)