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Conciencia de clase. Historias de las Comisiones Obreras

diciembre de 2020

Conciencia de clase. Historias de las Comisiones Obreras

Elvira Lindo, Manuel Rivas, Isaac Rosa, Benjamín Prado, Amaya Olivas, Unai Sordo, Pedro G. Ríos, Mayka Muñoz, Miguel Ángel Sánchez Sebastián, Pedro A. Jiménez, Ana F. Asperilla, José Babiano, Javier Tebar, Susana Alba, Rafael Fraguas, Antonio Campos, Ana Abelaira, Jesús María Montero y Bruno Estrada.
Prólogo de Joaquín Estefanía.
La Catarata, Madrid, 2020. 272 páginas, 18 euros.
Esta publicación está disponible en nuestra librería en internet:
http://www.mondiplo.net/conciencia-clase

En estos veintiún relatos los autores han querido resaltar el papel fundamental que tuvieron miles de heroínas y héroes anónimos que de forma generosa y desinteresada lo dieron todo por traer de vuelta la democracia a España. Estos cuentos son un breve retazo de cientos de historias como la de Petra Cuevas, fundadora del Sindicato de la Aguja, o la del gallego Luis Ferreiro, que son el nexo de unión entre la lucha obrera durante la Segunda República y la resistencia obrera que empieza a organizarse en España en torno a las comisiones obreras creadas en varios conflictos laborales a partir de finales de los años cincuenta y principios de los años sesenta.

La huelga no declarada por los vendimiadores del Marco de Jerez, al negarse a subir a los trenes que les llevan a los campos de viñas. La resistencia mostrada por los mineros de la mina de La Camocha en varias huelgas que obligó a que el propio ministro-secretario general del Movimiento y Delegado Nacional de Sindicatos tuviera que negociar en Oviedo, en 1962, con una representación mixta de enlaces y de “comisiones de trabajadores mineros”. La huelga de Banda de Vizcaya de mediados de los sesenta, la más larga durante el franquismo, que duró más de seis meses. La huelga de la SEAT en 1971, en la empresa que era el emblema del desarrollismo franquista. El grito generalizado en todos estos conflictos era “o todos o ninguno”, expresión valiente de la solidaridad de las luchas, de la incipiente conciencia de clase que iba tomando cuerpo en una estructura social diezmada por la represión franquista.

Estos grandes autores muestran una parte muy épica, pero también muy desconocida, de nuestra historia en la que hubo una enorme generosidad por parte de desconocidas y desconocidos luchadores, algunos de los cuales dieron hasta su propia vida: Antonio Huertas, Cristóbal Ibáñez y Manuel Sánchez, los tres trabajadores de la construcción muertos por disparos de la policía en Granada en 1970; el albañil Pedro Patiño, asesinado a manos de un guardia civil en Madrid por repartir octavillas llamando a la huelga de la construcción para reivindicar un salario mínimo de 400 pesetas diarias –2,40 euros–; Antonio Ruiz Villalba, trabajador de la SEAT; Amador Rey y Daniel Niebla en El Ferrol en 1972… Algunos de estos trágicos sucesos se relatan en el libro. Merece la pena destacar dos momentos, narrados por varios relatos en el libro, por la trascendencia política que tuvieron. En primer lugar, la detención el 24 de junio de 1972 de la Coordinadora General de las Comisiones Obreras, que fue la culminación de la represión que desató el régimen a principios de los setenta, constatada ya que la creciente conflictividad social estaba impulsada por Comisiones Obreras (CC.OO.).

Con esta detención colectiva se intentó descabezar a la organización, pero se volvió contra el régimen gracias a la fuerte solidaridad nacional e internacional movilizada contra el juicio a unos dirigentes sindicales que iban a ser condenados tan solo por acciones que en la inmensa mayoría de los países europeos eran legales. En estos países resultaba algo completamente insólito que se detuviera a trabajadores por pedir incrementos salariales, derecho a la negociación colectiva o a la libertad sindical.

El segundo es la “galerna de huelgas” que impulsó CC.OO. en 1976 para romper los estrechos márgenes de la transición que quería impulsar el franquismo sin Franco. En el libro se recogen varios de estos conflictos: la huelga de Laforsa que movilizó solidariamente a toda la comarca del Baix Llobregat; la huelga de la sanidad de Valencia en un sector que claramente no era de tradición obrera; la huelga de la Rok de Madrid, uno de las decenas de conflictos laborales organizados en esos tiempos solo por mujeres, y que en muchos casos han sido olvidados.

La reacción del régimen a esa espectacular movilización social fue extremadamente violenta y sangrienta. En primer lugar, la matanza de Vitoria de marzo de 1976 en la que la policía decidió desalojar a sangre y fuego la iglesia donde había más de cuatro mil trabajadores –según palabras textuales de uno de los agentes: “Ahora que ya tenemos munición, a mansalva, y a limpiar”–. Limpiar, limpiaron, matando a cinco trabajadores, alguno de un tiro en la nuca, e hiriendo a más de ciento cincuenta.

Y finalmente el momento más delicado de la frágil transición, la ejecución a sangre fría de los cinco abogados laboralistas del despacho de Atocha en enero de 1977 por parte de pistoleros fascistas respaldados por algún jerarca franquista. La impresionante reacción obrera y ciudadana a esta sangrienta provocación hizo saltar los goznes que intentaba imponer el régimen y permitió que la democracia llegara a nuestro país. El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas en España después de 41 años.

Por último, hay que destacar dos importantes episodios temporales bastante más cercanos en el tiempo. Por un lado, la huelga general del 14-D de 1988, que supuso una normalización de la relación entre los sindicatos y el poder político en democracia: el poder de negociación de los trabajadores también tenía que reivindicarse frente a un gobierno democrático. Por otro, la actual situación producida por la pandemia, que ha puesto de manifiesto que los sindicatos son organizaciones sociales claves para enfrentarse a situaciones tan excepcionales como la que estamos viviendo.

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P.-S.

Conciencia de clase. Historias de las Comisiones Obreras Elvira Lindo, Manuel Rivas, Isaac Rosa, Benjamín Prado, Amaya Olivas, Unai Sordo, Pedro G. Ríos, Mayka Muñoz, Miguel Ángel Sánchez Sebastián, Pedro A. Jiménez, Ana F. Asperilla, José Babiano, Javier Tebar, Susana Alba, Rafael Fraguas, Antonio Campos, Ana Abelaira, Jesús María Montero y Bruno Estrada. Prólogo de Joaquín Estefanía. La Catarata, Madrid, 2020. 272 páginas, 18 euros. Esta publicación está disponible en nuestra librería en internet: http://www.mondiplo.net/conciencia-clase