De pronto, la inquietud internacional se vuelca hacia el estrecho de Formosa. Allí las tensiones se han agravado desde que el 14 de marzo el parlamento chino votara una “ley antisecesión” que por primera vez autoriza a Pekín a “recurrir a medios no pacíficos” contra Taiwan en el caso de que las autoridades de la isla optaran por la independencia “por el medio que sea”.
La víspera, vestido con una chaqueta militar, y cuando acababa de ser elegido jefe de la Comisión militar central, el presidente Hu Jintao, también secretario del Partido Comunista, había llamado a los oficiales “a prepararse para un conflicto armado”. Una declaración que fue tomada tanto más en serio en la medida en que el presupuesto militar se había incrementado en un 12,6%.
El presidente de Taiwan Chen Shui-bian, cuyo partido pertenece al movimiento independentista, y que unos días antes había amenazado con promulgar una ley anti anexión, (...)