En Francia, son frecuentes las confusiones al referirse a argelinos, árabes, bereberes y cabileños. El argelino es un nacional de Argelia, país independiente desde 1962, al margen del grupo etnolingüístico al que pertenece. Un cabileño es un nativo de Cabilia, una región montañosa situada al este de Argel. Ser argelino no significa necesariamente ser árabe, ya que los cabileños son bereberes. Este término designa a un antiguo pueblo autóctono del norte de África cuya presencia está documentada por lo menos desde Heródoto. Tiene la singularidad de tener una lengua propia, el tamazight, que se trasmite oralmente y así sobrevive desde hace más de dos mil años. La repartición territorial de los bereberes abarca varios países: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Malí, Burkina Faso, Níger.
Argelia llevó a cabo una política de arabización generalizada desde la independencia; con todo, hay entre un 25 y 30% de la población de habla bereber, y subsisten importantes núcleos lingüísticos entre los cabileños, por supuesto, pero también entre los tuaregs, los shawiya del Aurés, los mozabitas del M’zab, los chenouis del Monte Chenoua, etc. Así pues, los bereberes no son todos cabileños. Pero en un país en el que la pertenencia al mundo árabe sigue siendo a día de hoy día un dogma político, Cabilia siempre ha estado a la vanguardia de las reivindicaciones bereberes, especialmente las que exigen el reconocimiento de que la identidad argelina no puede reducirse a su componente árabe. En Argelia, el bereber es “lengua nacional” desde 2002 y “lengua oficial” desde 2016, pero su estatus sigue situándose un peldaño por debajo del árabe, que conserva su preeminencia al ser “lengua nacional y oficial del Estado”.