El pasado mes de junio, Mohamed Ould Ghazouani reemplazó a Mohamed Ould Abdelaziz en la presidencia de la República mauritana. Un moro blanco procedente de una “gran jaima” (de morabitos) ocupó el lugar de un moro blanco proveniente de otra “gran jaima” (de guerreros). Un exgeneral remplazó a otro exgeneral. Durante toda la campaña, el primero recibió el apoyo del segundo, con el que antes había sido ministro de Defensa.
La única novedad: por primera vez desde hacía cuarenta años, un presidente entraba en funciones sin un golpe de Estado previo. Ould Abdelaziz fomentó uno en 2008 con la ayuda, ya, de Ghazouani, antes de que consiguiera resultar elegido oficialmente un año más tarde. Fue reelegido en 2014 con un 82% de los votos, para un segundo y último mandato, como estipula la Constitución –la cual no quiso o no pudo enmendar, al contrario que muchos de sus pares africanos y (...)