La violentas reacciones de la prensa africana ante al “escándalo del Arca de Zoé” dejó atónitos a muchos cooperantes humanitarios occidentales.
Especie de “hecho social total”, la intervención de la asociación francesa –acusada de intento de secuestro de niños bajo falsos pretextos humanitarios– puso en evidencia las derivas de la sociedad chadiana y su régimen; luego, en círculos excéntricos, las ambigüedades de la ayuda humanitaria y de las relaciones Norte-Sur. Las primeras reacciones son tan viscerales como nacionalistas y a veces rozan la xenofobia: se incriminan los disfuncionamientos administrativos así como la arrogancia y el neocolonialismo de los “humanitarios” franceses. El canal de televisiónTchadvision se indigna: “¡Incluso para proveer de animales de la sabana africana a un zoológico de Francia hay que prevenir a las autoridades locales para obtener una autorización de salida de dichos animales!”.
El indulto que finalmente acordó el presidente chadiano Idriss Déby Itno a los miembros de la (...)