Los dirigentes iraníes han debido proceder últimamente a una revisión general de sus relaciones exteriores y de su estrategia. Si esas decisiones han resultado difíciles de adoptar, ha sido porque suponían graves consecuencias para el país y porque enfrentaban entre sí a los tres principales centros de poder, cuyas divergencias o compromisos determinan la política iraní: el ayatolá Jamenei, guía supremo de la Revolución, asistido por el Consejo de los Guardianes de la Revolución; el ayatolá Jatami, presidente de la República, y su predecesor, el ex presidente Alí Rafsandjani, actual titular del Consejo de verificación del derecho islámico.
Pero ante la amenaza - considerada por todos muy probable, si no inevitable - de ataques aéreos estadounidenses contra las instalaciones nucleares iraníes y contra los centros científicos, técnicos e industriales anexos a las mismas, se ha logrado un acuerdo de diálogo con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). Esta podrá (...)