La realización de unas elecciones presidenciales con candidaturas múltiples el 7 de septiembre, gracias a la enmienda del artículo 76 de la Constitución, ha modificado el paisaje político egipcio. Muchos observadores creyeron que los Hermanos Musulmanes utilizarían esta coyuntura para conseguir un margen de libertad más importante. Sin embargo, se ha producido lo contrario, dado que la organización pasa por una crisis sin precedentes.
Al salir de la cárcel a comienzos de los años setenta, los Hermanos Musulmanes pensaron que el campo político, marcado por un multipartidismo bajo control del Estado, no era compatible con su objetivo, que era fundar un Estado islámico. Su desconfianza respecto del régimen político existente y la certidumbre de que era inevitable un enfrentamiento con él reforzaron esta convicción. Concluyeron entonces que la realización de su objetivo requería la construcción de una estructura ajena al Estado y a sus aparatos de seguridad. Pensaban así responder a (...)