El yacimiento de Bakouma aparece por primera vez en los archivos de lo que aún se llamaba COGEMA en 1969. Pero ya a partir de 1949, los geólogos franceses del Comisionado de Energía Atómica (CEA) sobrevolaron la región y la cartografiaron con precisión. Se trataba de determinar y de asegurar lo más rápido posible los yacimientos de uranio disponibles en las colonias francesas para permitir a la metrópolis obtener la bomba atómica y recuperar así su lugar en el mundo.
Sin embargo, hubo que esperar veinte años más, y el desarrollo del ámbito nuclear civil, para que se llevaran a cabo las primeras perforaciones. Algunos telegramas diplomáticos que datan de 1968 muestran que el pueblo de Bakouma ya era objeto de estrechos intercambios entre Michel Debré, entonces ministro de Asuntos Exteriores, y Jean-Bedel Bokassa, quien aún no era “emperador” de su país y quien ya aparecía para el Ministerio de Asuntos (...)