Con la mitad de su población menor de 25 años de edad, Asia Central se encuentra entre las regiones más jóvenes del mundo. Incluso en Kazajistán, donde la media de edad es más elevada, el 51% de sus habitantes nació después de la independencia de 1991. El ascenso de los millennials (nacidos en la década del 2000) y de la “generación Z” (nacidos en la década de 2010) va acompañado de una creciente diferenciación social y cultural, provocada por la desaparición del Estado del bienestar soviético y por tres décadas de reformas liberales.
En el mundo rural, solo la agricultura y el pequeño comercio informal generan empleos, por lo general precarios; la emigración hacia Moscú y San Petersburgo, pero también hacia ciudades de Siberia (Krasnoyarsk), Extremo Oriente (Vladivostok) o la región ártica (Múrmansk), a menudo representa la única esperanza de reunir un pequeño capital. Las pequeñas ciudades de provincia salen adelante (...)