Mohammed Youssef Tabl tenía 31 años. Fue abatido por un soldado egipcio cerca de la ciudad de Sheikh Zuwayyid, treinta kilómetros al este de El Arish, en el Sinaí. Miembro de una misión oficial encargada de reunir información sobre la situación en la región, era conocido y su muerte no pasó desapercibida. La simpatía y la solidaridad ayudaron a su familia y amigos a contener la furia. Otras miles de víctimas anónimas no tuvieron la misma suerte. Tabl se movía en el medio urbano e instruido de El Arish, mientras que la población de esa zona limítrofe con Israel es esencialmente beduina, marginada, estigmatizada. Víctima de la política de tierra arrasada que se ha llevado a cabo allí, Tabl sólo tomó las armas de manera obligada y forzada.
En enero de 2011, cuando en casi todo Egipto estalló la “revolución”, El Arish, capital de la gobernación del Sinaí del Norte, no (...)