En 2012, la Dirección General de los Medios de Comunicación e Industrias Culturales de Francia (DGMIC) censaba 112 publicaciones nacionales de información general y política, y 398 diarios locales de la misma categoría de un total de 4.726 publicaciones editadas en Francia (1). Por comodidad, supongamos un perímetro del Servicio limitado a esos 510 títulos.
En 2013, el volumen de facturación del sector de interés general ascendía a cerca de 4.000 millones de euros, es decir, 1.220 millones para la prensa nacional y 2.720 millones para la prensa local (2). Para evitar reconstituir la estructura de los costes a partir de cifras y datos muy heterogéneos, se admite que los resultados de este conjunto están en equilibrio (en realidad son levemente beneficiarios) y por lo tanto que el importe total de los costes iguala al de los beneficios, es decir 4.000 millones de euros.
Teniendo en cuenta la supresión de las ayudas a la prensa en nuestro modelo, conviene agregar a esta suma el total de las ayudas que benefician al sector de interés general, es decir 791 millones de euros (3).
El coste total de la prensa de interés general asciende así a 4.791 millones de euros, que se descomponen en 800 millones de masa salarial periodística (4) a cargo de las empresas de prensa y el rendimiento de las ventas, y en 3.981 millones de euros, redondeados a 4.000 millones, de necesidades de financiamiento del Servicio.
Esta necesidad de financiamiento de 4.000 millones está alimentada por tres fuentes: la porción del importe total de las ventas (2.530 millones de euros) (5) que no sirve para financiar a los periodistas, es decir 1.780 millones de euros (2.530 - 800); los ahorros conseguidos mediante la eliminación de actividades comerciales ahora desprovistas de sentido –servicios publicitarios, envío postal de las páginas de publicidad, gastos de marketing, etc.– que podemos estimar en un 10% del volumen de facturación, es decir 400 millones de euros; y por último, la cotización para la información. Esta debe por lo tanto recaudar 1.870 millones de euros, redondeados en 1.900, una cifra que se puede comparar con el rendimiento de la contribución al sector audiovisual público: 3.500 millones de euros.
Como las demás cotizaciones, la cotización para la información tiene teóricamente como base el “valor añadido por el trabajo del año tal y como se mide en el PIB, la suma de los valores agregados de empresas y administraciones” (6). Con 1,9 billones de euros de valor añadido en 2013 para la economía francesa, por ejemplo, el tipo de interés global asciende al 0,1%. En la práctica, el importe se calcula a partir de los salarios; su cobro en las empresas y en las administraciones se efectúa a través de las Uniones de Cobro de las Cotizaciones de Seguridad Social y de Subsidios Familiares (URSSAF, según sus siglas en francés), que lo transfieren a la Caja de Información.