Tras graduarse en 2016 por la GEM (Grenoble École de Management), una reputada escuela de negocios francesa, Étienne Badaroux, de 25 años de edad, recorrió los Balcanes con algunos compañeros de promoción en una vieja furgoneta Peugeot, modelo J5. A su regreso a Francia, tras diez meses de viaje, el joven tomó una decisión irrevocable: “Me dije que nunca más volvería a vestir de traje en ningún curro”. Desde el verano de 2017, encadena trabajos como barman. Y la barra del bar le gratifica más que las oficinas que ocupó durante su paso por el mundo de la empresa privada.
Este joven describe un malestar existencial que va más allá de la cuestión de la vestimenta: “Nos han repetido: ‘La prépa es el camino hacia el éxito’. Pero ¿qué éxito? ¿De qué sirve aprender teorías de economía y filosofía para luego pasarse la vida vendiendo un producto contando los céntimos que (...)