La impactante victoria de Tsai Ing-wen y del Partido Demócrata Progresista (PDP) en las elecciones del 16 de enero de 2016 marca un giro radical en la historia política de Taiwán. El Kuomintang (KMT) perdió la presidencia entre 2000 y 2008, pero siempre había logrado conservar la mayoría en el Parlamento. Así pues, se trata de la primera alternancia auténtica desde la democratización, en 1987.
Elegida con el 56,1% de los votos, Tsai cuenta con un sólido mandato popular y con una confortable mayoría parlamentaria (68 de los 113 escaños) para poner en marcha su programa y responder a las preocupaciones de quienes consideran que la política de acercamiento entre las dos orillas del estrecho de Formosa, iniciada por el Gobierno saliente del KMT, pone en peligro la soberanía y la seguridad de la isla. Sin embargo, la hostilidad de Pekín podría complicar la tarea de la futura Presidenta, que entra (...)