Cifra de lo perversamente fortificante que puede ser retomar melancolías en tiempos convulsos, nada tan reparador como el proceso de investigación del sentimiento de la lírica de Safo (Mitilene, Lesbos, ca. 650/610-Léucade, 580 a. C.): “trabajo/ rostro/ si no, el invierno/ carecía de dolor”. En la selección trilingüe Si no, el invierno (If not, Winter, 2002; Vaso Roto, 2020), la escritora canadiense Anne Carson (Toronto, Canadá, 1950), relee y traduce al inglés, en un impulso por descifrar lo indescifrable, fragmentos líricos en griego arcaico que, a su vez, vierte a nuestro idioma la profesora y poeta Premio Generación del 27, Aurora Luque (Almería, 1962).
“Cuando te miro, un solo instante, ni habla/ en mí queda”. Fieles a su espíritu fracturado, concisas reflexiones se entregan a un vanguardista juego de manos indefenso: “Siempre he de ser yo virgen/ indómita en montañas solitarias”. Cada doble versión nos invita a cuestionar los límites de nuestro conocimiento: “Llegaste y yo enloquecí por ti/ y enfriaste mi mente que ardía de deseo”. La transparencia es la respuesta a una intimidad de la que, desaparecido el sentido, el significado sigue ausente.
Heroicamente panorámica la aflicción, el desasosiego del discurso, ante la imagen del “cabello de ella sosteniendo la lira/ la aurora de sandalias de oro”. Las indagaciones de la décima musa, según Platón, hacen retroceder las fronteras de la certeza (“¿Acaso anhelo todavía mi virginidad?”), en todos los frentes concebibles (“¡Sí! lira radiante háblame/ conviértete en una voz”), embriagada por el descubrimiento de la infinidad identificada sin recurrir al impulso sobrenatural: “Y sobre los ojos/ negro sueño de noche”.